Superar los celos implica la misma labor que cambiar cualquier otro hábito negativo. Tenemos que empezar por volvernos conscientes de que hay algo a trabajar. Esta consciencia es la que nos permitirá ver que los pensamientos que se proyectan en nuestra mente no son del todo ciertos. Una vez que tenemos esta claridad podemos dejar de reaccionar ante escenarios que solo existen en nuestra imaginación.
Empecemos por modificar las creencias
Si entramos en las emociones aflictivas que provocan los celos, es casi imposible dejar de reaccionar y accionar en base a ellas. En cambio, si logramos cortar de raíz las creencias que disparan los celos, entonces tenemos más chances de salir ilesas.
Deshacerse de los celos implica, entonces, un cambio radical en nuestras creencias fundamentales. Generalmente, los celos están íntimamente relacionados con la autoestima. Y, a su vez, una autoestima baja es el resultado de creencias negativas que tenemos de nuestra propia persona: ‘no soy suficientemente buena’, ‘nunca voy a ser tan atractiva como…’, ‘no tengo capacidad para…’, y un etcétera infinito.
Trata de identificar cuál es la historia que te contás y deja de creer en ella si no aporta a tu bienestar. Por suerte es mucho más fácil dejar de creerla que continuar haciéndolo.
Liberémonos de las comparaciones
La inseguridad puede llevarnos a compararnos con otras personas y, lamentablemente, siempre va a haber mujeres más jóvenes, flacas e inteligentes que nosotras. Tratar de analizar por qué te elige a vos entre todo el resto y sentir que no te lo mereces es un hábito destructivo que no aporta nada positivo. En cambio, opta por confiar en la capacidad de tu pareja de elegir a quién amar.
Como decía Osho, sólo es posible no sentir celos cuando llegas a aceptarte hasta el punto de que no exista comparación posible, de que no te compares con nadie. Incluso si el hombre al que amas se va con otra mujer, no se establece la comparación; se trata de un simple hecho: se siente atraído por esa mujer. No te crea conflictos con ella, ni dice nada sobre ti. Si dice algo, es sobre el hombre, no sobre ti, no guarda ninguna relación contigo.